Ya llego el otoño, y con el mis ganas de comerme «algo calientiiiico». La expresión «algo calientiiiico» surgió de un viaje que hicimos a Orlando en el año ’98. Como es costumbre, nos fuimos en cambote como dirían en mi tierra, buena parte de la tribu: mi mamá, mi hermano, mi tía y mis primos. Nos toco una época en que llovió incesantemente, pero eso no nos detuvo, nosotros nos recorrimos todos los parques que pudimos y la pasamos buenísimo! Eso si, cada vez que se nos enfriaba el cuerpo, mi mamá y mi tía empezaban a decir que les provocaba «algo calientiiiico»… acá les va esta receta que de seguro les calentara el cuerpo, y que saque del libro «Blog Aid, Recipes for Haiti«:
Ingredientes:
2 cucharadas de aceite de oliva
1 cebolla amarilla grande, picada en trocitos
1 kilo de zanahorias, peladas y cortadas en rueditas
3 dientes de ajos, pelados, machacados y picaditos
1/4 cucharadita de pimienta de cayena o pimienta roja molida
1/4 taza de mantequilla de maní (peanut butter), sin aditivos, preferiblemente ‘chunky’
1 litro de caldo de vegetales o de caldo de pollo
Sal y pimienta negra molida al gusto
Preparación:
En una olla calentar el aceite de oliva a fuego medio-alto. Añadir las cebollas y las zanahorias y cocinar por unos minutos hasta que la cebolla este traslucida. Agregar el ajo y la pimienta de cayena, mezclando bien. Añadir la mantequilla de maní, incorporando bien con los demás ingredientes. Agregar el caldo de vegetales o de pollo, reducir la temperatura a fuego medio-bajo, y dejar cocinar por aproximadamente 20 minutos, o hasta que se ablanden las zanahorias. Proceder a licuar la sopa (puede ser con un batidor de mano o por partes en la licuadora). Finalmente agregar sal y pimienta al gusto y servir.
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